El Banco de México (Banxico) ajustó al alza su expectativa de crecimiento para la economía mexicana en 2023, elevándola de 3.0% a 3.3%. Este ajuste se atribuye al mejor desempeño de la actividad económica en el tercer trimestre del año, impulsado por la resiliencia de la demanda externa y el dinamismo del gasto interno. Además, la autoridad monetaria prevé que el PIB crezca un 3.0% en 2024, mejorando su estimación anterior del 2.1%. La revisión se fundamenta en la postura fiscal proyectada y en el sorprendente rendimiento de la economía de Estados Unidos. La gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, destacó que esta revisión implica una desaceleración menos pronunciada en México debido a la conexión con la economía estadounidense, el dinamismo productivo del presente año y el fenómeno del "nearshoring". Sin embargo, para 2025 se anticipa un crecimiento por debajo del promedio histórico y una recomposición entre la demanda externa e interna. La relocalización de empresas a México (nearshoring) se espera que impulse la actividad económica, aunque existe elevada incertidumbre sobre su magnitud y efectos. En cuanto a la inflación, Banxico prevé una tendencia descendente, pero gradual, y mantiene su pronóstico de cierre del año en 4.4%. La convergencia a la meta de inflación del 3.0% se espera para el segundo trimestre de 2025. Respecto a la tasa de referencia, actualmente en 11.25%, se menciona que podría ajustarse, y se inicia la discusión sobre la posibilidad de recortarla en las reuniones de principios del próximo año. Sin embargo, se destaca la necesidad de que la inflación esté en línea con las expectativas para considerar recortes. El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, indicó que, si el crecimiento se mantiene en los últimos meses del año, es posible que se cierre 2023 con un crecimiento del PIB entre 3.5% y 3.6%. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) coincide con el ajuste al alza de la proyección de Banxico y sostiene que el piso de crecimiento es del 3.3%, con posibilidad de elevarse al cierre del año. En resumen, se observa un tono optimista en las proyecciones económicas para México, respaldado por el buen desempeño de la economía estadounidense, la resiliencia de la demanda interna y los efectos del nearshoring. Fuente: El Financiero