El crowdfunding se presenta como una alternativa atractiva para mantener la competitividad en un entorno de aumento de tasas de interés, además de facilitar la obtención de financiamiento para otras entidades como las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes). Según Fernando Padilla, director de la Institución de Financiamiento Colectivo (IFC), Lendera, el crowdfunding ampliaría las opciones de financiamiento disponibles para medianas y grandes empresas, permitiéndoles aprovechar la tendencia de relocalización, también conocida como nearshoring. Padilla enfatizó que en IFC han identificado oportunidades en esta tendencia y que el público en general, al que conectan con los solicitantes, está aumentando su comprensión financiera. Las personas comprenden que mantener su dinero en efectivo en casa es una mala decisión debido a la pérdida de valor provocada por la inflación. Además, inversores institucionales están mostrando interés en aprovechar la tendencia de la relocalización a través de IFC especializadas en financiamiento empresarial, desarrollo inmobiliario, inversión de capital y modelos de copropiedad o regalías. Lendera ya presta servicio a más de 30,000 inversores, con un crecimiento del 200% entre 2022 y 2023, principalmente compuesto por individuos. Por su parte, la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo (Afico) informa que, en conjunto, las 26 IFC atienden a 798,000 inversores. En cuanto a los solicitantes, Lendera ha facilitado el financiamiento de más de 350 millones de pesos en más de 230 proyectos en diversos sectores. Las cifras de Afico indican que se han financiado conjuntamente más de 10,877 millones de pesos, con un crecimiento anual promedio del 427% entre 2017 y 2022 en las plataformas que se especializan en deuda a personas morales. El crecimiento en la financiación de personas morales ha llevado a las plataformas de crowdfunding a considerar la necesidad de actualizar los montos permitidos por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Fernando Padilla explicó que aumentar estos montos permitiría a las IFC atender a empresas más grandes y proyectos de mayor envergadura, además de ofrecer financiamiento a empresas de mayor calificación crediticia que representen un menor riesgo para los inversores. Esto también ampliaría las oportunidades de financiamiento para las empresas, incluso aquellas con fuentes de pago sólidas y montos de financiamiento más grandes. Fuente: El Economista