México y Estados Unidos transitarán por un proceso de desinflación este año pero no tendrá una velocidad suficiente para regresar la inflación al objetivo de los bancos centrales de acuerdo a expertos. La expectativa para el crecimiento de la economía mexicana es de un crecimiento que se ubicará entre 1.5 Y 2% que evidenciará cierta resistencia respecto de la recesión que se presentará en Estados Unidos. Se considera que el gasto al consumidor se mantendrá estable, alentado por el flujo de remesas y esta demanda seguirá presionando a la inflación. El escenario central para Estados Unidos es de un avance del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 0.5 por ciento en el PIB anual; una expectativa que incorpora una recesión tradicional de dos o tres trimestres consecutivos con gran desempeño negativo. La duración del periodo recesivo de Estados Unidos impactará a la economía mexicana de modo que pueda registrar un crecimiento de 1.5 por ciento este año. Para la inflación de México, los analistas estiman que alcanzará una variación anual de 6% el 2023; este escenario motivará que el Banco de México ubique la tasa terminal del ciclo alcista en 11.25 u 11.50 por ciento. El nivel exacto de la tasa referencial en México será también reflejo de la trayectoria que definirá la Reserva Federal de Estados Unidos. A diferencia de México, los expertos consideran que la decisión de la Fed incorpora su compromiso de mantener controlada a la inflación para equilibrar el rezago con que reaccionó al inicio del choque de precios. Por tanto su proyección sobre la tasa de la Fed se encuentra en un rango de 5.25 a 6%. Fuente: El Economista