De llegar a aprobarse la reforma a la Ley del Banco de México, uno de los efectos inmediatos sería que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) así como la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), supervisen al Banco de México en materia de prevención de lavado de dinero, señaló el titular de la UIF, Santiago Nieto Castillo.
Indicó que esta reforma atentaría contra la autonomía del banco central, de tal manera que podría vulnerarla, siendo que ha sido uno de los puntos que el presidente López Obrador ha dejado claro que no debe vulnerar la autonomía del Banxico.
Representaría un conflicto con algunas de las 40 recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), lo que pondría a nuestro país en mayor observación por parte de este organismo y sería clasificado como de mayor riesgo al lavado de dinero o financiamiento al terrorismo.
Según Nieto Castillo, el uso de efectivo, más allá del tipo de moneda, es un riesgo de lavado de dinero, siendo necesario fortalecer los mecanismos de prevención contra este ilícito y hacer los cambios necesarios para robustecer el régimen.
Hay que recordar que la iniciativa impulsada por los legisladores de Morena en el Senado busca que el Banxico se convierta en comprador de última instancia de los excedentes de dólares que captan las instituciones financieras, con la finalidad, según ellos, de ampliar las opciones cambiarias para quienes buscan cambiar sus divisas a pesos a un precio justo.
Más precisamente las recomendaciones en las que se iría en contra son la 13, 26, 27 y 35 del GAFI, las cuales están relacionadas a la realización de operaciones vía la banca corresponsal, la supervisión de entidades financieras, las facultades de los supervisores y las sanciones que deben de aplicarse a los sujetos obligados.
Dentro de las propuestas de la UIF referente al intercambio de dólares están las siguientes:
- Establecimiento de políticas en materia de corresponsalías.
- Contar con medidas de protección a migrantes.
- Uso de herramientas tecnológicas.
- Reforzar controles en centros cambiarios y transmisores de dinero.
- Aprovechar infraestructura del Banco del Bienestar.
Fuente: El Economista