Una de cada cuatro sofomes desaparecerá con nueva regulación

Se trata de un proceso de depuración que significará la reconfiguración de un sector que otorga préstamos por casi 500 mil millones de pesos.

Un riesgo latente es que varias Sofomes que no logren cumplir con la regulación que exige la CNBV a partir del 4 de julio, se conviertan en sociedades mercantiles que ofrezcan productos financieros al margen de la supervisión de la autoridad financiera, lo que puede afectar el patrimonio de los usuarios.

Las Sofomes son intermediarios financieros especializados en otorgar créditos, pero no pueden captar ahorro del público. Las hay desde aquellas que son constituidas por bancos para manejar el negocio de tarjetas de crédito; otras, reguladas por la CNBV, que atienden a productores de rubros específicos tanto en el sector agropecuario como en el industrial o de servicios; y otras que operan como entidades no reguladas, las cuales, sin embargo, deben reportar información a sociedades de información crediticia y varios reportes a la Condusef.

A partir del 4 de julio todas las Sofomes deberán obtener o renovar su registro ante la Condusef y para ello deberán obtener antes de la CNBV un dictamen técnico en el sentido de que cumplen con políticas de prevención de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo. Las Sofomes que no obtengan el registro dejarán, en automático, de tener licencia para operar con esa figura y, como consecuencia, perderán el acceso a las líneas de financiamiento de la banca de desarrollo, una de sus principales fuentes de recursos prestables.

De las 4,500 Sofomes que hoy existen, se estima quederán solo mil, que si logren superar el trámite. Esas son las Sofomes que están haciendo bien las cosas, que se han ocupado en capacitarse, en especializarse para atender sus nichos de clientes e invertido en tecnología.

Una vez que se de la consolidación del sector de las Sofomes con la desaparición, prácticamente, una de cada cuatro de las que ahora operan, el monto de crédito que estos intermediarios otorgan a las pequeñas y medianas empresas del país no se afectará. La cartera de préstamos de las entidades que desaparezcan, se fusionen o vendan sus activos se quedará en las mil intermediarias que se mantengan en el mercado.

Un posible camino que seguirán las Sofomes que no logren obtener o renovar la licencia es que se vuelvan sociedades mercantiles, con lo cual dejan el ámbito de supervisión de la CNBV y pasarían a la esfera de la Profeco.

La autoridad, deberá ser cuidadosa de las actividades que realicen las Sofomes que se vuelvan sociedades mercantiles, dada que la supervisión es menor a la que realiza la CNBV.