La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anticipa
que se mantendrá el deterioro de las expectativas de crecimiento para la
economía y estará sujeto “a un mayor grado de incertidumbre”.
En la minuta correspondiente a la primera reunión monetaria
del año, los miembros advirtieron que “el balance de riesgos para el
crecimiento económico está sesgado a la baja” por factores internos y externos.
Uno de ellos dijo que “no sorprendería que la tasa de crecimiento del primer
trimestre sea negativa”.
Este pronóstico sería resultado de “la situación
internacional compleja, y los choques transitorios, especialmente el desabasto
de gasolinas, el bloqueo al tránsito de ferrocarriles en Michoacán y el cierre
de las actividades gubernamentales de Estados Unidos”.
Uno más de los miembros de la Junta expresó que, de
persistir la cautela en la inversión, se añadirá un mayor freno sobre el ánimo
de los inversionistas y consumidores.
“El arranque sexenal siempre es complicado”, señaló, y ahora
hay que agregarle los impactos directos e indirectos de “las dificultades
transitorias adicionales como los problemas en la distribución de combustibles,
las interrupciones en vías ferroviarias y los conflictos laborales en el estado
de Tamaulipas”.
Otro de ellos sostuvo que el deterioro de las perspectivas
para México es lo que más preocupa, pues “llevamos tres años seguidos con una
Inversión Fija Bruta estancada y sin dinamismo suficiente en el consumo y
exportaciones para fomentar mayor crecimiento”.
Cabe recordar que la minuta corresponde a la reunión
monetaria que se realizó el 7 de febrero pasado. En ese momento, se mantenía el
cierre presupuestal del gobierno de EU, el bloqueo del tránsito en Michoacán y
el desabasto de la gasolina. En esa reunión, donde sesionó la Junta de Gobierno
en pleno, con los subgobernadores Gerardo Esquivel y Jonathan Heath, dejaron
sin cambio la tasa en 8.25 por ciento.
En la relatoría dan cuenta de que la mayoría mencionó que
las expectativas de inflación para este año y el próximo mostraron “cierta
mejoría en enero”.
Sin embargo, destacaron varios riesgos al alza: la presión
de choques externos e internos en la cotización del peso mexicano; nuevas alzas
en los precios de energéticos o productos agropecuarios; un escalamiento en las
medidas proteccionistas y compensatorias mundiales; deterioro de las finanzas
públicas, y las alzas salariales.
En este tema tuvieron un análisis particular: “Considerando
la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, y de su posible
impacto directo, se enfrenta el riesgo de que propicie revisiones salariales
que rebasen las ganancias de productividad y genere presiones de costos con
afectaciones en el empleo formal y en los precios”.
Para elevar de manera sostenida el poder adquisitivo de los
salarios, precisaron, “es necesario considerar el papel de otras políticas
públicas en particular, fomentar la competencia en sectores de bienes y
servicios con una participación elevada en la canasta de consumo de los
segmentos de la población de menos ingresos”, reiteraron, como lo han venido
explicando desde la reunión de noviembre.
Fuente: El Economista.