3 de julio de 2014 / Fernando Gutiérrez / El Economista
Gabriel Díaz Leyva, vicepresidente de Supervisión de Banca de Desarrollo y Finanzas Populares de la CNBV, indicó que han detectado que cerca de 20 sofomes no reguladas tienen un vínculo con una sociedad financiera popular (sofipo) y 100 con una unión de crédito.
Díaz Leyva prevé que en un par de meses se defina el universo de sofomes que podrían entrar ya en un proceso de análisis para su posible migración a entidades reguladas; sin embargo, esto depende de que se actualice dicho vínculo.
Hasta el momento, 20 sofomes son consideras como reguladas, ya que tienen algún vínculo patrimonial con una entidad bancaria, pero con la entrada en vigor de la reforma financiera este número podría cambiar por todas las disposiciones que llegaron con ella.
Las sofomes reguladas están supervisadas y autorizadas por la CNBV. Una de las ventajas de este esquema es que tienen más facilidades para acceder a programas de fondeo de la banca de desarrollo.
EL OTRO LADO DE LA MONEDA
El otro lado de la moneda del sector de sofomes no reguladas es de aquellas que migran a una sociedad mercantil debido a que no pueden apegarse a las nuevas medidas de la reforma financiera. Por ejemplo, solicitar a la CNBV un dictamen sobre prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, 520 sofomes han migrado como sociedades mercantiles desde 2011.
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