Durante el primer semestre de 2024, todas las regiones de México experimentaron una desaceleración en su actividad económica, y se espera que su crecimiento futuro sea moderado, advirtió el Banco de México (Banxico) en su informe "Reporte sobre las Economías Regionales, abril-junio 2024". Banxico señaló que en el segundo trimestre de 2024 la actividad económica mostró debilidad generalizada, con un desempeño menos favorable de lo esperado debido a un entorno económico complejo e incierto que presenta retos significativos para el crecimiento. A pesar de este panorama, la región sur mostró un nivel de actividad económica superior al observado antes de la pandemia de COVID-19, en contraste con otras regiones del país. El sector manufacturero presentó una contracción en las regiones norte y centro-norte, mientras que en el centro y sur del país se expandió. Sin embargo, el nivel de actividad en todas las regiones fue inferior al del mismo periodo de 2023. El sector de la construcción también se vio afectado, con una ralentización en el norte y sur, debido a la reducción en la inversión pública por el cambio de Gobierno, aunque el componente privado creció. En las regiones centrales, tanto la obra pública como privada experimentaron una expansión. En cuanto a la actividad comercial, Banxico reportó un estancamiento en el norte y centro de México, pero una reactivación en el centro-norte y sur. El sector agropecuario mostró crecimiento en el norte y sur, mientras que las regiones centrales sufrieron caídas. El mercado laboral sigue mostrando fortaleza, aunque Banxico observó señales de moderación en su crecimiento. Según una encuesta a empresarios realizada entre el 1 y 28 de junio, la inflación, la gobernanza y las condiciones externas son los principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento económico. Los encuestados también señalaron la inseguridad pública y los fenómenos climáticos adversos como riesgos para el desempeño económico de las regiones. Por otro lado, se destacó que un mayor gasto público en infraestructura y condiciones más favorables para la inversión privada podrían impulsar la actividad económica en el futuro. Fuente: El Financiero