A medida que avanza el año 2024, las proyecciones de crecimiento para México están siendo revisadas a la baja por instituciones financieras y organismos internacionales. Aunque el gobierno estima un crecimiento económico entre el 2.5% y el 3.5%, la realidad indica que la desaceleración económica registrada hacia finales del año pasado es más fuerte de lo previsto, y se espera que persista este año y el próximo. Se anticipa que la inversión pública respalde el crecimiento económico en la primera mitad del año, especialmente debido a proyectos de infraestructura como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico. Sin embargo, se espera que esta expansión se modere a medida que estos proyectos lleguen a su conclusión. El gasto público anticipado en algunos programas sociales contribuirá a evitar contracciones en el gasto privado, manteniendo así un cierto dinamismo en el sector de servicios, al menos durante los primeros meses de 2024. En general, en años electorales como el actual, es común observar una mayor expansión económica en la primera mitad del año debido al aumento del gasto gubernamental. Sin embargo, se espera un menor dinamismo en la demanda interna, un crecimiento de la inversión más lento y una relativa resiliencia del consumo privado a lo largo del año. Además, Fitch Ratings ha ajustado a la baja su expectativa de crecimiento del PIB mexicano para este año, pasando de un 2.4% a un 2.2%. Esta corrección refleja el debilitamiento de la economía interna hacia finales del año pasado y la moderación en la actividad de los principales sectores del PIB. Se prevé que esta desaceleración económica persista hasta el próximo año, con un crecimiento del PIB del 2% en 2025. Esta desaceleración también se verá afectada por la moderación en la actividad económica de Estados Unidos y una política fiscal interna menos expansiva. Por otro lado, se espera que la inflación continúe moderándose, con una variación del 4% para este año, debido al aumento del gasto ejercido por los mexicanos que han recibido aumentos en el salario mínimo y participan en programas de distribución social. En cuanto a Estados Unidos, se anticipa una desaceleración en su crecimiento económico, reflejando un desvanecimiento del impulso fiscal y una menor contribución del comercio neto. Fuente: El Economista